jueves 27 de agosto de 2020

POÉTICA EN LA FOTOGRAFÍA DE FRANCISCO DONOSO

Francisco Donoso,  Las formas del olvido, 2020. Colodión Húmedo, técnica mixta. Cortesía: Francisco Donoso. 

Por Clemente Riedemann

 

En esta nota intentaremos identificar los elementos que permiten señalar la obra fotográfica de Francisco Donoso1_como portadora de un universo poético2_, en virtud de su congruencia temática, técnica y estética, en su empeño por comunicar una reflexión sobre el olvido, del cual hacemos una comprensión dinámica, en tanto proceso de descomposición o disolución de los haberes materiales y simbólicos que sustentan el imaginario colectivo o individual de los diferentes grupos humanos. Para ello buscaremos relacionar su trabajo con poemas de algunos autores que refieren al tópico en cuestión.

En el conjunto “Las formas del olvido”3_, la fotografía de Francisco Donoso reporta con luz tenue y compleja, de tinte arenoso, que rige toda la muestra, su interpretación de las cosas olvidadas. Tal cromatismo, sobrio, por cierto, estimula una reflexión sobre la memoria y las secuencias vitales que el tiempo presente, con el incesante fluir de sus imperativos productivos y sus nuevas posibilidades tecnológicas pensadas para los espacios urbanos, va desechando o abandonando. Patrimonios humanos, usos, costumbres y tecnologías anteriores que son el sustento para la existencia en los territorios periféricos, son desvinculados, dejando en huerfanía social a grupos humanos portadores de valiosos saberes, útiles para la resolución de problemas, sobre todo en áreas inmersas en nichos ecológicos que resisten a la depredación.

La velocidad del flash con que el lenguaje -visual y textual- conecta las similitudes imaginativas, nos conduce al “Poema de las cosas olvidadas”, presente en uno de los primeros libros del poeta chileno Jaime Quezada4_y que citaremos en parte, como hilo conductor; y alternadamente con citas de otros autores, en este discurso:

 

El caracol blanco en la playa vacío

 y llenándose de arena 

como si fuese un antiguo reloj

señalando la edad del viento..

 

La complejidad de Donoso en su reflexión sobre el olvido implica no sólo el manejo de la intrincada técnica de la profesión fotográfica, sino también del uso audaz de la tecnología disponible con tal de aproximarse a la expresión de su concepto de olvido. Considerando que la fotografía, en tanto tecnología de la modernidad, irrumpe e incide de manera drástica en el trabajo de las artes visuales tradicionales, en tanto es capaz de abordar con mayor velocidad y precisión el registro de la objetualidad, obligando a aquella a innovar en sus temáticas materiales y técnicas, luego de superado su rol como simple registro de situaciones y materialidades, evoluciona hasta convertirse en un vector estético con características propias.

Esto permite que con el tiempo, la relación entre pintura y fotografía brinde beneficios mutuos. Así como el hiperrealismo se apoya en la imagen fotográfica en su intento por obtener réplicas de artefactos y corporalidades, la fotografía, a su vez, emplea diversos procedimientos plásticos para expandir sus opciones comunicativas. Tal es el caso en este trabajo de Francisco Donoso, cuyos fotogramas resultan en obras visuales integrales, que trascienden con mucho las restricciones de lo figurativo y lo meramente descriptivo, para alzarse como íconos evocativos que imponen una meditación sobre lo efímero de la temporalidad y la fragilidad de las formas de vida y sus ingenios.

En su relación con las poéticas de escritores chilenos, además del citado Jaime Quezada, nuestro teleobjetivo apunta hacia el poema “Es olvido”, de Nicanor Parra, que termina así:

 

De esa famosa joven melancólica 

No recuerdo ni el nombre que tenía. 

Sólo sé que pasó por este mundo

Como una paloma fugitiva: 

La olvidé sin quererlo, lentamente,

 Como todas las cosas de la vida. 

 

Y en otro poema, de la misma época, “Hay un día feliz”, cierra de este modo:

 

 ¡Sólo que el tiempo lo ha borrado todo 

Como una blanca tempestad de arena! 

 

Tal pareciera que existe una relación entre el olvido y la arena. Lo inasible, lo corpóreo desintegrado que se escurre, lo que fue volumen palpitante ahora es imagen brumosa, apenas visible entre destellos de luces fugaces. La fotografía de Donoso capta esa fugacidad, que rodea con un denso cromatismo arcilloso, arenisco, semejante a las pesadillas con que a veces se nos presenta lo que fue, aquello de lo que pudimos ser testigos, y que ahora ya no es, no existe sino como posibilidad imaginativa.

 

El largo tren sin silencio

como un ídolo sonoro

moviéndose en los rieles oscuros.

Y la estación vacía.

No hay tiempo para esperar al viejo viajero..

 

¿Y que encuentra el fotógrafo en su viaje de re-descubrimiento? Encuentra arenisca, encuentra raíces, astillas cobijadoras o amenazantes o quizás en religiosa elevación. En especial, casas derruidas. Y musgo y hojas arrancadas de su suelo, el bosque reseco o en proceso de reintegrarse al humus antiguo. Personas encajonadas (¿relicarios?) o adscritas en paisajes que se disuelven, cuyas imágenes parecieran transitar entre la memoria y el olvido. Y en las que, sin embargo, la pericia expresiva del artista nos transfiere el eco lejano de sus pulsiones vitales, de sus mismísimas respiraciones, cuyo recuerdo se difumina en el tiempo. Todo ello con fondos propios de la tonalidad de los negativos fotográficos, donde el dibujo, el contorno, se traza con grises pálidos o azulinos o sepias. Una perfecta solución para ofrecer una mirada al revés de lo vívido. Este revés -el vigor suspendido- impresiona en la fotografía del futbolista, donde las líneas verticales y horizontales de su atuendo parecen vibrar desde el más allá, junto a un compañero de equipo ya en trance de desaparición.

 

Francisco Donoso,  Las formas del olvido, 2020. Colodión Húmedo, técnica mixta. Cortesía: Francisco Donoso. 

 

Otro alegato, en negativo, nos lo ofrece Pablo Neruda al escribir “No hay olvido” (sonata):

 

…de dónde vengo tengo que conversar con

cosas rotas,

con utensilios demasiado amargos,

con grandes bestias a menudo podridas

y con mi acongojado corazón.

No son recuerdos los que se han cruzado

ni es la paloma amarillenta que duerme en el olvido,

sino caras con lágrimas,

dedos en la garganta,

y lo que se desploma de las hojas:

la oscuridad de un día transcurrido,

de un día alimentado con nuestra triste sangre.

…todo cuanto nos gusta y aparece

por donde se pasean el tiempo y la dulzura.

porque no sé qué contestar:

hay tantos muertos,

y tantos malecones que el sol rojo partía,

y tantas cabezas que golpean los buques,

y tantas manos que han encerrado besos,

y tantas cosas que quiero olvidar.

 

¿Desea olvidar la fotografía de Francisco Donoso? ¿Cómo es que un artista en ascenso se preocupa por cuanto desaparece o se ha perdido ya en la memoria del trajín a veces absurdo de su vértigo? Preferimos interpretarlo como un gesto reivindicatorio de lo bello, lo noble y lo amoroso que alguna vez alimentó nuestros círculos afectivos, como un reclamo por nuestra frivolidad, nuestra ceguera de no advertir y valorar formas vida que bien pudimos retener y dejamos abandonadas en nuestro empeño por asumir la liquidez de los ornatos que dominan nuestra contemporaneidad.

He aquí una muestra de la ética que ha de orientar la búsqueda de una otra estética, un art autre, complementaria e innovadora de la tendencia predominante en la fotografía del sur de Chile, que mantiene su apego al figurativismo naturalista del encuentro casual con “lo bello”. Y hay razones prácticas para tal opción, pues como ocurre en los territorios periféricos, el encuentro frecuente entre naturaleza y cultura ofrece, en efecto, contradiccones con las lógicas de los aparatos políticos y estéticos de dominación. Pero ello no impide que continúe en una dimensión puramente descriptiva del “estado de las cosas”.

 

Francisco Donoso,  Las formas del olvido, 2020. Colodión Húmedo, técnica mixta. Cortesía: Francisco Donoso. 

 

Donoso arriesga en explorar una fotografía reflexiva que apunta a abrir nuevos caminos de comunicación de las aparentes irrealidades. Entre éstas últimas se cuenta la memoria, que en su trabajo “Formas del olvido”, restriegan en la conciencia pérdidas de trajines humanos y materialidades preciosas para nuestra existencia. Ecosistemas, personas y construcciones bellas en proceso de desintegración, que se traducen en una fotografía dolorosa, cuando no horrorosa en su simbolismo, pero certeras en su dato estético, pues trasuntan la belleza de un trabajo meticuloso, hecho con conciencia del oficio y con el amoroso gesto que delata a quien está a favor de la continuidad de la vida.

 

El sol abierto como una nuez roja.

Y nunca ilumina 

 el cuarto vacío de mi madre pobre..

 

Francisco Donoso,  Las formas del olvido, 2020. Colodión Húmedo, técnica mixta. Cortesía: Francisco Donoso.

 

Donoso demuestra aquí una solvente formación estética en la historia y evolución de las artes visuales. El collage, el décollage, el fotomontaje, la superposición, las mixturas, dan como resultado un sincretismo cromático que le vincula con otras técnicas en el tratado de la imagen, como el grabado, el aguantinta, el aguafuerte, el contrarrelieve,  el craquelée, el frottage, el cliché-verre_, además del empleo del texto como imagen visual que data de la antigüedad clásica y puesto en novedad por las corrientes futuristas. Así, obtiene porosidades, cicatrices, grietas, estrías, resquebrajaduras y rupturas de lo que desfallece. Como eficiente artesano en las nuevas tecnologías, ha encontrado la manera de obtener buen provecho de su imaginería y de sus habilidades. Esto significa buenas noticias para su devenir en el oficio y para quienes tengan oportunidad de disfrutar con la contemplación de su trabajo.

Con este arsenal ideográfico, propicio para el tema -sombrío, por cierto- que motivó la muestra, Francisco Donoso logra atmósferas inquietantes, a veces cercanas al Goya oscurantista. O al terror metafísico presente en los relatos de H.P. Lovecraft. O construcciones visuales artilugíacas que evocan a Matta. Plenas, además, de ese misterioso sentimiento que irradian las imágenes inscritas en las cavernas: ¿Quiénes las hicieron? ¿cómo es que llegaron a idearlas y grabarlas? ¿cómo descubrieron la utilidad de los símbolos y de los materiales disponibles para plasmarlos?

 

 Tantas cosas olvidadas.

 Y existiendo más que el hombre.

 

Francisco Donoso,  Las formas del olvido, 2020. Colodión Húmedo, técnica mixta. Cortesía: Francisco Donoso.

 

1 Francisco Donoso es un fotógrafo chileno nacido en Santiago en 1986, formado en Buenos Aires y trabaja actualmente en Puerto Varas.

2 Empleamos aquí el concepto en el sentido expresado por Paul Valéry (1937): “la poética como objeto de estudio de la creación”.

3 Este trabajo resultó ganador en la convocatoria fotográfica ENFOTO 2020 que organizara la Corporación Cultural de Puerto Montt.

4 Jaime Quezada es poeta, ensayista y crítico literario chileno. Autor de Poemas de las cosas olvidadas (1965); Las palabras del fabulador (1968); Astrolabio (1976); y Huerfanías (1985).

5 Tipo de estampación inventado por Corot, en el que se combinaban las técnicas fotográficas y gráficas. Empleada también por Delacroix, Millet y Rousseau. (Read, 1995).

 

Clemente Riedemann (Valdivia) Poeta y ensayista. Karra Maw’n (1984); Coronación de Enrique Brouwer (2007); Una casa junto al río (2016); y Riedemann Blues (2017) son algunas de sus publicaciones.

 

Francisco Donoso (Santiago, reside en Puerto Varas)

Su obra gira entorno al paisaje, ruralidad y territorio del sur de Chile. Su trabajo ha sido exhibido en diversas salas de arte del país y el extranjero. Entre ellas; Antología visual de jóvenes fotógrafos, MAC Quinta Normal (2011); Mención Honrosa Premios Illa, Roma, Festival Internacional de Roma, Serie Internacional (2013);  Exposición individual en Estación Mapocho (2013); Nominado Premio Talento Joven Rojas de Negri (2014), Álbum de Chile: Retrato de una Nación, Centro Cultural La Moneda (2016); Arqueologías del presente, Galería Flach (2019), Ganador Premio ENFOTO, Corporación Cultural Diego Rivera (2020).

 

Instagram: @francisco_donoso_photo

 

Este texto se enmarca dentro de una iniciativa que realiza CNAC y el Área de Fotografía gracias al apoyo de la Secretaría Ejecutiva de Economía Creativa, la cual consta de compartir entrevistas, textos y reflexiones en torno a fotógrafos, fotógrafas y agentes relevantes de la fotografía nacional e internacional.